miércoles, 5 de octubre de 2011

Reseña 1: Reseña del capítulo "Orígenes de la Economía Política" del libro Economía Política. Racionalidad e Instituciones.

Sebastián Saiegh, Máster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Stanford, es profesor de la Universidad de San Andrés, e investigador en el Centro de Estudios para el Desarrollo Institucional.
Mariano Tommasi (PhD en Economía, Universidad de Chicago, 1991) es Profesor, Director del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés, y Director del Centro de Estudios para el Desarrollo Institucional, en Argentina. Se especializa en economía política y economías institucionales, focalizándose en países en desarrollo.
Saiegh y Tommasi dicen que -para un desarrollo personal y cognitivo- es de vital importancia buscarle sentido a todo aquello que rodea a los seres humanos, y afirman que el interés propio y la constante búsqueda del interés comercial  permitieron el descubrimiento de una base realista para un orden social viable: la economía política.
Su propósito es presentar una brevemente una serie de factores que han llevado a la economía política a convertirse en un modelo de  estudio del comportamiento de los individuos en la sociedad. .

Por una parte, los autores afirman que el intento de los seres humanos por dotar de sentido a aquello que los rodea (incluyendo la propia vida y la de sus semejantes) independientemente de explicaciones mágicas o religiosas, ha sido permanente: “Una de las principales características de esta tradición intelectual, ha sido la búsqueda incesante por <<descubrir>> algún tipo de motivación dominante en el comportamiento humano, de tal modo que éste fuese susceptible de interpretación” (pág. 4). Así, se convierte la economía en un modelo que permite –debido a su gran estructuración matemática- estudiar puntualmente ciertos comportamientos en los cuales los humanos deben tener la potestad de la decisión frente a situaciones de la cotidianidad, para comprender su dimensión como costo de transacción y de oportunidad que éstas generan.
De esta misma manera, la creencia en que el interés personal podía considerarse una motivación dominante en el comportamiento humano, provocó gran excitación intelectual. Cuando Saiegh-Tommasi afirman que: “Pero en un mundo gobernado por el interés no ofrecía sólo un escape de los modelos excesivamente exigentes de estados <<que nunca han existido ni existirán>>; se percibió que esta concepción tenía varias ventajas específicas” (pág. 4), el lector comprende que el hecho seguir un modelo donde se buscan satisfacer las necesidades personales, implica la concepción de varias ventajas a nivel de gobierno.  Entre ellas, era la posibilidad de suponer o conocer por anticipado de algo a través de ciertas señales o indicios. Dentro de la tradición política, fue Maquiavelo quien tempranamente se dio cuenta de las vigorosas proposiciones relacionadas con ésta, que podían derivarse del supuesto de una naturaleza humana uniforme (que podía servir para avanzar en la comprensión del comportamiento humano e incluso para su eventual manipulación).

Por otra parte, la búsqueda del interés comercial se fortaleció por la especialización del conocimiento, con la separación de los estudios políticos y económicos en disciplinas distintas a partir de fines del siglo XVIII. Por eso, Saiegh y Tommasi destacan los pro de la separación de estos estudios al decir que: “… a pesar de que los principios de organización económica y política comparten muchas características en común, su estudio fue abordado muchas veces desde puntos de vista encontrados.”(pág. 6). Es decir, en aquellos tiempos en los que la ciencia política trató de encontrar sus moldes constructores, la economía siguió usando los modelos formales como la estadística y ciertos esquemas econométricos que le permitieron, aún obviando muchos fenómenos del mundo real, explicarlos y predecirlos exitosamente; por lo que hoy en día decimos que en la economía política, la teoría económica es más desarrollada que la teoría política.

En resumen, los inicios de la economía política están remontados al momento en el que los seres humanos se empezaron a preguntar por el sentido de todas las cosas que les rodeaban. Sin embargo, consideraron que la idea de seguir un modelo de satisfacción personal no era del todo efectivo para decir que se tenía algo veraz y fehaciente respecto a la explicación  a su interacción con el universo. De allí surge el deseo de adoptar un prototipo de carácter  formal e imparcial,  que hiciera realidad la posibilidad de interpretar científicamente las disciplinas a base realista para un nuevo orden social: la economía política.
Ahora bien, unos de los fines de la economía política (establecido dentro de los 10 principios de la economía) es el de la correlación entre el individuo y el entorno, el estudio de su comportamiento a partir de pautas que se han ido determinando con el pasar de los años. Desde ya, hay que tener muy clara que la economía política y la política económica difieren en que una estudia el comportamiento del individuo y de la sociedad, en tanto la otra busca modificar, afectar, dirigir o focalizar ese comportamiento.
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BIBLIOGRAFÍA:
- Saiehj, Sebastián y Tommasi, Mariano (1998). La nueva economía política. Racionalidad e  instituciones. Argentina. p. 4-6
- Información bibliográfica tomada de: Sebastián Saiegh. Recuperado el 05 de Octubre de 2011
- Información bibliográfica tomada de: Mariano Tommasi. Recuperado el 05 de Octubre de 2011

Reseña 2: Reseña del capítulo "Disposiciones de la nueva economía política" del libro Economía política. Racionalidad e instituciones.

Tras la segunda guerra mundial, muchos analistas llegaron a sostener la imposibilidad de interpretar científicamente los fenómenos políticos y económicos, y se embarcaron de lleno en la tarea de adaptar nuevos métodos y teorías políticas y económicas al estudio de la economía política. Por esta razón, Saiegh [1] y Tommasi [2] plantean dos de estas nuevas teorías: la primera es la "elección racional", y la segunda es la "teoría de juegos".
Su intención es explicar dos teorías para el estudio de la economía política, que surgieron con el estancamiento intelectual - a nivel investigativo- que se dio posterior a la Segunda Guerra Mundial. También, mostrar que un proceso de <<crisis>>, conlleva al surgimiento de nuevas oportunidades (ideas).

En primer lugar, la acciónn racional es una doctrina que permite usufructuar el potencial del análisis económico para interpretar los fenómenos políticos. Los autores afirman: “… el enfoque de la elección racional se ha convertido en el más prominente dentro de la ciencia política, y (…) fue el coadyuvante para gestar nuevamente la unión entre los estudios políticos y económicos” (p.7). Es decir que, un modelo como la acción racional permite estudiar situaciones como cambios instantáneos en una política monetaria de un país y una posición de ley frente determinada situación, desde una disciplina caracterizada por el análisis legal-formal.
Según lo anterior, podríamos decir que la teoría de elección racional como norma  nos dice lo que debemos hacer para lograr metas del mejor modo posible, sin establecer cuáles deben ser esas metas. Por ejemplo: seguir un modelo de elección racional para determinar un número de exportaciones que se llevarán a cabo en el país durante el 2011 (se fija un número, con base a la teoría, sabiendo que ese número de exportaciones será  óptimo para la economía de dicho país). Igualmente, la teoría de elección racional como descripción, nos ayuda a predecir esas acciones. Por ejemplo: predecir que se debe aumentar el número de exportaciones del país para el 2011.  Así, la característica principal de una elección racional es que exige elegir la mejor alternativa dentro de un conjunto de alternativas factibles.

En segundo lugar,  a diferencia de los modelos de elección racional (los individuos operan racionalmente frente a las restricciones provistas por el ambiente), la “teoría de juegos” concibe la racionalidad en términos estratégicos (los individuos operan en un ambiente donde también existen otros actores racionales) Saiegh-Tommasi lo mencionan: “… para la teoría de juegos, los individuos deben decidir cuál es la mejor forma posible de alcanzar sus metas teniendo en cuenta no sólo las restricciones del ambiente sino el comportamiento igualmente racional y estratégico de los demás individuos.” (p.10). Ahora bien, dado que el comportamiento estratégico de los individuos y su interdependencia en la sociedad sin características fundamentales para un ejercicio de política, podría decir que la teoría de juegos proporciona una perspectiva que resulta bastante útil para estudiar los comportamientos y los procesos políticos.
Ahora bien, en los últimos años la teoría de juegos ha proporcionado las herramientas para desarrollar modelos de estudios que permiten estudiar diferentes contextos cotidianos, los cuales se les ha atribuido el nombre de "juegos dinámicos con información incompleta". Así como la teoría de juegos, Saeigh-Tommasi afirman que: "los juegos dinámicos son aquellos en los cuales los individuos toman decisiones en distintos momentos del tiempo, y en los cuales las acciones de hoy repercuten sobre los contextos futuros." (p.10), mejor dicho, a diferencia de la teoría de juegos, éstos brindan la posibilidad de estudio de distintos participantes que se encuentran en el mismo contexto pero con conjuntos de información diferente. Por ejemplo, en una sesión de pleno del congreso, se encuentran determinado número de individuos bajo el mismo contexto de política legislativa, pero cada uno de ellos se determina por el conglomerado de información que se delimita según el partido político o la ideología que cada uno de ellos sigue.

En resumen, tras la Segunda Guerra Mundial, muchos de los analistas políticos llegaron a considerar inviable la idea de seguir proporcionando una interpretación científica a los aspectos de índole política y económica. Por consiguiente, se dieron en la obligación de abordar estos estudios desde otros puntos de vista, y así llegaron a desarrollar la teoría de elección racional y la de juegos.
A diferencia de la teoría de elección racional que utiliza una concepción "paramétrica" de racionalidad, en la que los individuos operan en un ambiente en donde también existen otros actores racionales; la teoría de juegos dispone que los individuos deben decidir cuál es la mejor forma posible de alcanzar sus metas teniendo en cuenta no sólo las restricciones del ambiente, sino también el comportamiento igualmente racional y estratégico de los demás individuos.
Desde otra perspectiva, la psicología plantea que estas dos teorías comparten muchas cosas en común. Una de ellas es la interacción con un proceso de aprendizaje en ambos métodos, pues para seguir un patrón de normas en la elección racional, se requiere que primero el individuo estudie o aprenda a tener una disposición frente a ellas. Asimismo, en la teoría de juegos aunque  los sujetos interactúan en el mismo contexto, bajo conjuntos de información diferente, requieren primeramente haber tenido un proceso de aprendizaje del conjunto de información de la que serán adeptos.
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[1]Sebastián SAIEGH, es Máster en Estudios Latinoamericanos, de la Universidad de Stanford. Es profesor de la Universidad de San Andrés, e investigador en el Centro de Estudios para el Desarrollo Institucional.

[2]Mariano TOMMASI (PhD en Economía, Universidad de Chicago, 1991) es Profesor y Director del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés y Director del Centro de Estudios para el Desarrollo Institucional, ambos en Argentina. Se especializa en economía política y economías institucionales, focalizándose en países en desarrollo.
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BIBLIOGRAFÍA:
- Saiehj, Sebastián y Tommasi, Mariano (1998). La nueva economía política. Racionalidad e  instituciones. Argentina. p. 7-10
- Información bibliográfica tomada de: Sebastián Saiegh. Recuperado el 05 de Octubre de 2011
- Información bibliográfica tomada de: Mariano Tommasi. Recuperado el 05 de Octubre de 2011